Azuero

Tunas anuncian cancelación de los carnavales de Ocú

Por primera vez en al menos 70 años, las tunas de de Calle Arriba y Calle Abajo de Ocú, en la provincia de Herrera,  anunciaron la cancelación de los carnavales en esa región del país debido a diferencias con las autoridades municipales, principalmente en tema de apoyo económico.
Dejando a un lado su rivalidad tradicional, los representantes de ambas tunas decidieron unirse para anunciar a sus seguidores, visitantes, autoridades locales y comerciantes que para el año 2017 no participarán de las actividades del carnaval, en represalia a lo que denominaron una falta de apoyo por parte del alcalde del distrito de Ocú.
El presidente de la tuna de Calle Arriba, Héctor Díaz, explicó que a pesar que el carnaval de Ocú ha crecido significativamente en los últimos años, no se les otorga a la organización de cada una de las calles dividendos de las ganancias que deja en las arcas municipales, a pesar de que los gastos de cada sector oscilan alrededor de 80 mil dolares.
Por su parte, el presidente de la tuna de Calle Abajo, Leovigildo Díaz Pinzón indicó que aunque reconocen que es una decisión difícil y que afectará a muchos sectores, es necesaria para que las autoridades valoren el trabajo de los organizadores de cada calle, que son las que traen los visitantes al distrito.
Sin embargo, consultado al respecto, el acalde de Ocú, Antonio Castillero, aseguró que la municipalidad cuenta con los fondos suficientes para hacer frente a la solicitud de las tunas, pero enfatizó que estos desembolsos deben hacerse de acuerdo a lo establecido en los controles fiscales que efectúa la Contraloría General de la República, ya que los fondos que recibe el carnaval son manejados a través del Tesoro Municipal.
Para Rafael Marín Torres, morador de la comunidad ocueña, la situación es lamentable por las pérdidas económicas que producirá, además del daño a la imagen de la actividad, reconocida a nivel nacional. «Esperamos que haya una reflexión sobre esta decisión porque se va a afectar a todo el pueblo. Es una situación delicada para el turismo de nuestra región», indicó Marín.
Mientras que el párroco de la iglesia católica del lugar, Jonathan Mendoza, realizó un llamado al diálogo entre las partes, para evitar que se afecten las tradiciones y cultura que caracterizan al pueblo ocueño.
Sin embargo, los organizadores del carnaval ocueño aseguraron que aunque haya un acercamiento con las autoridades, ya no hay tiempo para organizar un carnaval de altura, ya que las reinas y princesas no han sido presentadas y no han realizado actividades para completar los fondos necesarios.

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